Es más fina que el papel y se puede situar en cualquier sitio de la casa. Se llama Halia y ha sido desarrollada por la empresa finlandesa Warming Surfaces Company, que ha ideado unos paneles radiantes capaces de acoplarse a cualquier superficie y calentar cualquier estancia, gastando mucha menos energía de lo habitual.
A simple vista parece un fino laminado de madera, pero su secreto reside en la electrónica flexible: en su interior aloja una delgada malla metálica que transforma cualquier elemento en un calefactor radiante de bajo consumo. Su grosor es inferior a un milímetro, lo que permite incrustarla en prácticamente cualquier material, como la tela, y calentar al instante cualquier espacio.
Cada píxel de calor está conectado a una unidad central de procesamiento, y a su vez, a la red o a una batería para funcionar con energía eléctrica. En el caso de conectarse a sensores o a un sistema domótico programable, el calor solamente se enciende cuando hace falta, por ejemplo, detectando que alguien ha entrado a la estancia. También es posible personalizar la temperatura deseada en cuestión de segundos.
Los finlandeses destacan también que, gracias a su reducido tamaño, este diseño elimina gran parte de la huella de carbono del transporte. Algo que también comporta ventajas estéticas para los arquitectos y para los usuarios finales, que ahora podrán disponer del ingente espacio que ocupaban algunos radiadores.
Halia se puede instalar en suelos, paredes y muebles, acoplándose a obra nueva o instalándose en las superficies interiores de viviendas y edificios existentes. Su tecnología ultrafina se incorpora a los materiales de la superficie y puede controlarse y alimentarse a través de las interfaces domóticas habituales.
Los primeros productos comercializados que contienen estos calentadores radiantes están hechos de laminados de alta presión (HPL). El HPL se utiliza habitualmente en armarios, encimeras, suelos, elementos de pared y una amplia gama de muebles.
La compañía compara este nuevo sistema de calefacción con el de las luces eléctricas de una casa. Igual que solo enciendes un interruptor cuando necesitas ver mejor, la calefacción sólo funcionará en las zonas que se necesite, cuando se necesite. Adiós al derroche de energía y la calefacción innecesaria de habitaciones vacías.
El origen militar de la tecnología
El desarrollo de esta tecnología no ha sido fruto de la casualidad, sino que tiene detrás más de dos décadas de trabajo y un origen militar. La investigación, ahora gestionada por una startup finlandesa, surgió en el VTT, un centro de I+D propiedad del gobierno.
Los ingenieros del VTT llevan más de 20 años trabajando en electrónica impresa flexible. Hace un tiempo, el ejército finlandés se puso en contacto con los investigadores para pedirles ayuda en la fabricación de señuelos militares que utilizaran el calor: al calentar grandes superficies, se podía engañar a los atacantes haciéndoles creer que estaban viendo un tanque u otro equipo por la noche. Pero a medida que el equipo trabajaba en el diseño, se dio cuenta de que también sería útil para calentar hogares u oficinas.