No es una campaña de promoción de la película Barbie. Tampoco es un nuevo cambio de color entre un mar que no se decide entre ser azul o ser verde, sino un experimento que pretende ayudarnos a luchar contra el cambio climático. Llamativo, eso sí. Y muy rosa.
De este color, rosa, han amanecido las aguas del puerto de Halifax, en Canadá, donde la Universidad de Dalhouise estudia un nuevo método de eliminación de dióxido de carbono. A tal fin, el pasado 9 de agosto liberaron al agua 500 litros de una solución diluida con colorante de color rosa.
El estudio de rastreo de este colorante fue solo la fase previa para las pruebas de campo que se realizarán en los meses de septiembre y octubre de este 2023, centradas en la tecnología desarrollada por la empresa Planetary Technologies, con sede en Dartmouth, para eliminar el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.
Este experimento tiene como objetivo eliminar el CO2 de la atmósfera mediante la dispersión de una sustancia ligeramente alcalina, similar a los antiácidos que tomamos para la acidez estomacal, en el océano. Al hacer esto, Planetary tiene como objetivo aumentar la capacidad del océano para extraer y retener CO2 de la atmósfera.
Cuando Planetary agregue de nuevo la sustancia alcalina al puerto de Halifax en el otoño de 2023, los científicos de Dalhousie repetirán el estudio de tinte para observar el movimiento del agua levemente alcalinizada y medir el CO2 adicional absorbido del aire debido a la adición de alcalinidad.
Si el método seguido por Planetary tiene éxito, podría proporcionar una herramienta útil para la eliminación de CO2. La rodamina WT es un tinte fluorescente soluble en agua que se ha utilizado ampliamente durante 50 años para estudiar la dispersión y el flujo dentro de los sistemas de agua y cuerpos de agua naturales, incluidos ríos, arroyos, lagos, aguas subterráneas, estuarios y mar abierto, y está recomendado por el Gobierno de Canadá para observar la dispersión del agua.
El uso del colorante rosa tiene un objetivo concreto: proporcionar datos tangibles para evaluar la viabilidad de la estrategia de mejora de la alcalinidad oceánica. Monitorizar la dispersión del colorante permitirá a los científicos comprender los patrones de movimiento del agua y verificar la precisión de sus modelos teóricos. Estos datos serían cruciales para medir con exactitud la cantidad adicional de carbono que los océanos podrían capturar de la atmósfera durante futuras pruebas con la solución alcalina.
"Este estudio de rastreo con tintes nos permitirá determinar como de rápido se dispersa el agua del emisario, por dónde se mueve dentro del puerto y si las predicciones de nuestro modelo sobre dispersión y movimiento del agua son precisas", apunta la oceanógrafa Katja Fennel.
En cualquier caso, el estudio reconoce que, incluso con reducciones drásticas de las emisiones, la humanidad no alcanzará los objetivos netos cero para 2050 y que se necesitan tecnologías de eliminación de CO2 como la mejora de la alcalinidad de los océanos para evitar los peores impactos del calentamiento global.