Las mujeres ocupan cuatro de cada diez nuevos empleos en transición energética

Este crecimiento no oculta la enorme desigualdad que existe en un sector donde, de no cambiar las cosas, la paridad de género tardará 265 años en alcanzarse.

Gonzalo Díaz Bonet.

Especialista en Tecnología y Sostenibilidad.

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Presentacion estudio empleos mujeres transicion energetica Fundacion Naturgy ITJ.
Presentacion estudio empleos mujeres transicion energetica Fundacion Naturgy ITJ.

Cuatro de cada diez nuevos empleos en transición energética son ocupados por mujeres. Es una de las principales conclusiones del estudio ‘El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España’, publicado por Fundación Naturgy, en colaboración con el Instituto para la Transición Justa (ITJ). 

Este crecimiento, referido al periodo entre 2015 y 2021, no oculta sin embargo la enorme desigualdad que existe en un sector dominado tradicionalmente por hombres y donde, de no cambiar las cosas, la paridad de género tardaría 265 años en alcanzarse. Las cifras hablan por si solas. Las mujeres que trabajan en actividades ligadas a la transición energética solo son un 18,2% del total del sector.

La evolución en los últimos años es positiva, pero parte de una acusada infrarrepresentación de las mujeres en el sector. El empleo femenino crece ahora a un ritmo muy superior al masculino en los subsectores de la transición energética, pero estos resultados están vinculados a una escasa presencia previa de mujeres. 

Según el informe, entre 2015 y 2021 las mujeres han ocupado el 38,1% de los nuevos empleos que se han creado en España ligados a la transición energética, lo que se corresponde con 58.136 nuevos puestos de trabajo. Si comparamos estos datos con los resultados de los países de nuestro entorno, España se encuentra en una posición aventajada ya que el porcentaje en Europa es del 34%. 

El estudio también permite acotar el diagnóstico a los diferentes subsectores y ramas de actividad vinculados a la transición. Así, de los cinco subsectores contemplados tan sólo uno de ellos, el de asesoramiento energético, supera el nivel de masa crítica, es decir, tiene una participación de mujeres por encima del 30%. En cuanto a las ramas de actividad, sólo en cinco se supera este nivel de masa crítica, mientras que en 16 se puede considerar que la infrarrepresentación es severa, al no llegar al 15%. 

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Menor brecha salarial 

El informe deja patente la escasez de mujeres en un sector donde, además, la mayoría ocupan puestos administrativos. Su participación en puestos técnicos de alta cualificación apenas supera el 16%. Un sector tremendamente masculinizado que todavía debe romper muchos estereotipos para lograr atraer una mayor cuota de talento femenino. 

 

Una de las bazas que tiene para hacerlo- señala el informe- es la menor brecha salarial respecto a otros sectores. Y es que la brecha salarial de género es aquí significativamente menor que en el conjunto de la economía: las mujeres cobran de media un 6% menos que los hombres en el sector, frente a un 14% global. 

¿Logrará esto ser un incentivo suficiente para atraer más mujeres al sector? El estudio también analiza una brecha previa, que es la de la participación de mujeres en los estudios técnicos más necesarios para la transición energética, tanto a nivel universitario como de Formación Profesional. El peso de las llamadas titulaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) sobre el total de graduados universitarios es del 36% para los hombres y tan sólo del 11% para las mujeres. La brecha es aún mayor en la Formación Profesional. 

Además del diagnóstico cuantitativo, el estudio incorpora también un diagnóstico cualitativo a partir de los testimonios de más de 50 mujeres que están trabajando en la transición energética. Estos testimonios confirman la existencia de las brechas de género, así como de algunos de los elementos que las potencian, como los estereotipos o una cultura de empresa muy masculinizada en el sector. 

Por otra parte, entre los factores favorecedores del cambio hay la implicación y los compromisos adquiridos por muchas empresas (como el establecimiento de cuotas), la aparición de empresas que siguen modelos de tipo cooperativo y de nuevas tecnologías de producción de energía, o la incorporación progresiva de hombres más jóvenes y con mayor sensibilidad ante las cuestiones de género. 

Finalmente, el estudio apunta a toda una serie de posibles medidas que pueden contribuir a revertir la situación, interviniendo en cuestiones como la visibilización de las mujeres que trabajan en el sector, la formación reglada y continua o las políticas activas en favor de la equidad por parte de las empresas. En todo caso, los expertos sostienen que la mayoría de los problemas detectados no son propios de España, sino que se dan a nivel de toda Europa, y que la solución pasa por la involucración de todos los agentes del sector.