España es un país que históricamente ha sufrido los embates de la naturaleza. Entre las distintas adversidades que ha enfrentado a lo largo de los siglos, la sequía se cuenta entre las más recurrentes y devastadoras. Hoy, tras un abril donde extraordinariamente cálido donde se han batido varios récords de temperatura, la falta de lluvias está en boca de todos.
Del popular refrán “abril, aguas mil”, hemos pasado al más realista -y aterrador- “abril, aguas cero” en gran parte de España, aunque también hay gran parte de mito y alarmismo en toda esta situación. En primer lugar porque abril no es el mes más lluvioso en España, ni siquiera el segundo. Es el quinto con más precipitaciones.
Y en segundo lugar, porque aunque la situación hídrica es desesperanzadora y anticipa un verano cálido y seco, estamos todavía lejos de las grandes sequías que azotaron España en los años 80 y 90, o la gran escasez de lluvias que sufrimos en el año 2005. Por no hablar de las penurias que atravesó este país en la postguerra, cuando se acunó la ya famosa expresión “pertinaz sequía”.
España es uno de los países más vulnerables al cambio climático de Europa, y la gestión del agua es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta. Pero no es nada nuevo. En los últimos años, hubo varios períodos de sequía más intensos que el que ahora nos ocupa y nos preocupa. Aquellas terribles sequías nos abrieron los ojos, y recordarlas puede ser un buen ejercicio de memoria y aprendizaje para tratar de paliar sus consecuencias.
1. La gran sequía de 1944-1946: Esta sequía, que se prolongó durante tres años, fue una de las más intensas que se recuerdan en España. El río Manzanares desapareció por completo y se produjeron cortes de agua diarios en la capital. Los embalses del país llegaron a estar al 14%. Como resultado, se produjeron importantes pérdidas en la agricultura y la ganadería, y muchas poblaciones tuvieron que recurrir a medidas de emergencia para garantizar el suministro de agua potable. Esta escasez dejó una huella indeleble en la memoria colectiva de los españoles, alimentando expresiones como ”la pertinaz sequía”, y es recordada como una de las peores catástrofes naturales del siglo XX en España.
2. La sequía de 1992-1995: Esta sequía, que se extendió durante cuatro años, tuvo un impacto especialmente grave en el sureste de España, que es una de las regiones más áridas del país. Afectó especialmente al sector turístico, agravó la desertificación del territorio y puso de manifiesto la necesidad de implementar medidas de gestión del agua más eficientes y sostenibles. Los embalses llegaron a estar al 15% y se produjeron cortes de agua casi diarios en verano, que afectaron incluso a poblaciones de áreas montañosas como la Sierra de Gredos.
3. La sequía de 2005-2009: Esta sequía afectó especialmente a las regiones del sur y del este de España. Una de las consecuencias más llamativas fue que se secaron por completo Las Tablas de Daimiel, un humedal de casi 2.000 hectáreas prácticamente único en Europa y último representante del ecosistema denominado tablas fluviales, antaño característico de la llanura central de nuestra Península.
En 2005 se llegó a registrar el menor índice de sequía SPI a doce meses desde la serie histórica de 1961, como refleja la AEMET. Solo a partir de 2009 mejoró el dato.
4. La sequía de 2016-2017: Esta sequía, que se extendió durante dos años, fue el episodio más reciente y tuvo un impacto especialmente grave en el centro de España. Galicia y Castilla y León fueron las comunidades más afectadas, que vieron una disminución importante de las lluvias habituales. Hubo cortes de agua, subió el precio de algunos alimentos y muchos animales se quedaron sin comida. Hasta el precio de la luz se disparó a causa de sequía. Los cultivos de cereales de ambas regiones se vieron duramente afectados, e indirectamente el ganado que se alimentaba de estos cereales.
El mes de septiembre de 2017 fue el más seco del siglo XXI con solo 15 l/m², un 33 % de la media. Fue el segundo año más seco en España desde 1965. Buena parte de nuestro país vivió una situación de sequía meteorológica
5- La sequía de 1749-1753: Ya no hay nadie que pueda contarlo, pero la primera gran sequía de la que se tienen registros debió ser especialmente estremecedora. Llegó a secar el río Tormes y afectó a la mitad septentrional de España, que por lo general es la más húmeda. A la vez que se secaban ríos en el norte, en el 1752 se produjeron riadas en el Guadalquivir, algo que muestra el gran contraste que existió.
Grandes catástrofes aparte, lo cierto es que la gestión del agua es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta España en la actualidad. Ante esta situación, es necesario tomar medidas para garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos y la adaptación al cambio climático.
Entre las medidas propuestas se encuentran la implementación de tecnologías más eficientes en el uso del agua, la promoción de la agricultura y la ganadería sostenibles, la reutilización de aguas residuales y la recuperación de acuíferos. Además, es importante fomentar la concienciación y la educación sobre la importancia del agua y su uso responsable.