Cada vez que Elon Musk habla, provoca un terremoto en el mundo entero. Máxime desde que tiene una red social a su disposición para expandir sus mensajes, que le llegan, según las últimas críticas, a todo aquel que la use, sea o no seguidor del magnate. Y lo último -o lo penúltimo cuando leas esto- de lo que ha hablado ha sido sobre energía solar.
Sostiene el dueño de Tesla que la energía solar recibida por la Tierra podría impulsar una civilización 100 veces más grande que la nuestra, y da soporte y difusión a la teoría de otro tuitero, según el cual un solo cuadrado del Sáhara (que cubriese el 1,2% de su territorio) podría bastar para dar energía a todo el planeta.
La teoría no es nueva, y se ve muy bien reflejada en este mapa, que representa, en tres cuadrados, la cantidad de terreno necesaria para abastecer al mundo, Europa y Alemania. No parece demasiado terreno si tenemos en cuenta que el Sáhara, el desierto cálido más grande del mundo, ocupa una extensión de 9.400.000 kilómetros cuadrados, una extensión casi tan grande como la de China o Estados Unidos.
Pero, ¿qué hay de cierto en las afirmaciones de la tesis en cuestión? Según se explica en la web Silicio Solar, la autora de la afirmación hipotetiza la posibilidad de contar con energías renovables, teniendo en cuenta el nivel de radiación solar en las distintas zonas del planeta. Es un ejercicio teórico, un cálculo matemático, que sin embargo nos ayuda a razonar sobre las cantidades involucradas.
Hay que tener en cuenta que la tesis fue formulada en el año 2005 por Nadine May, investigadora alemana de la Universidad de Braunschweig . Recientemente, un tuitero conocido como @Rainmaker, muy conocido en los circuitos de ciencia de la red del pájaro azul, la ha recuperado, y el propio dueño de la misma red la ha amplificado. En un solo día ha conseguido más de 22.000 likes y casi 100.000 reproducciones.
May destaca una superficie de 3,49 millones de kilómetros cuadrados en el norte de África por detrás de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto con características adecuadas. El requerimiento mundial de energía, en 2004, se estimó en 16.076 TWh por año. Suponiendo un rendimiento de 250 GWh por kilómetro cuadrado en la zona sahariana en cuestión, se obtendría un rendimiento teórico de 872.500 TWh por cada año, cubriendo con paneles toda la superficie dada.
Por lo tanto, se necesitaría mucho menos espacio para las necesidades reales: Un área de 254 km x 254 km podría ser suficiente para acomodar la demanda eléctrica total del mundo. La cantidad de energía que necesitan los 25 estados de Europa podría producirse en un área de 110 km x 110 km. Para Alemania, se requiere un área de 45 km x 45 km.
Además, cabe precisar, Nadine May no habla de paneles fotovoltaicos sino de una planta solar termoeléctrica, un tipo de planta que aprovecha una extensión de espejos para captar la energía del sol y la utiliza para calentar unos conductos por los que fluye un líquido (un petróleo). El fluido calentado produce vapor, que impulsa turbinas que a su vez generan electricidad.
A tenor del debate generado en Twitter, el cálculo de Nadine podría ser correcto, apuntan algunos citando la producción de una planta maxi-solar reciente en Abu Dhabi, que se sitúa en una producción de 250 GWh al año. Incluso si los números han cambiado en el ínterin. A día de hoy algunas fuentes estiman un consumo anual en 2021 de casi 28.000 TWh.
Con todo, son muchos los interrogantes que se ciernen sobre la viabilidad de este proyecto. ¿Sería posible el mantenimiento en una zona tan remota e inhóspita? ¿Cómo se podría modular la liberación de energía almacenada? ¿Cuánto rendirían las baterías a las elevadas temperaturas del desierto?
Muchas dudas por resolver y un buen número de problemas mantienen hoy al Sáhara muy lejos de las prioridades de los inversores. Pero ya no tanto del debate. Porque, acertado o no, un excéntrico millonario de origen sudafricano ha vuelto a ponerlo en el mapa.