Los océanos, mares y ríos del mundo acumulan hoy 139 millones de toneladas de contaminación por plásticos. Un impacto ambiental desproporcionado que además tiene su traducción en el ámbito económico. Un estudio de Deloitte ha calculado, país por país, los costes económicos asociados que supone esta polución.
Y España, con tantos kilómetros de costa, no sale bien parada. Aunque no está entre los 10 países más contaminados del mundo, el precio económico de estos plásticos es muy alto para la economía española. Supone al menos un coste de 77 millones de euros, aunque los prejuicios podrían subir hasta los 160 millones.
Según este estudio, los costes directos soportados por el gobierno ascienden a 19,6 millones de euros. Son los gastos derivados de limpieza de costas, vías navegables y puertos deportivos y comerciales. Pero los costes de limpieza no son el único impacto. Las playas contaminadas y los residuos varados también tienen un impacto en el turismo estimado de 44,5 millones de euros.
Y aunque no se puede exagerar el daño a los ecosistemas marinos, el coste para la pesca, la acuicultura y las comunidades que dependen de ellas es real, y se eleva al menos a 13,8 millones de euros anuales. Una cifra que, en suma, roza los 80 millones de euros al año y eso si optamos por el escenario intermedio de los propuestos por el informe de Deloitte. El daño podría ser mucho mayor.
China, el país más contaminante
De acuerdo con el gráfico elaborado por Visual Capitalist en base al informe del Deloitte, el país más contaminante (y más perjudicado económicamente por ello) es China, a bastante distancia del resto. Le siguen en esta lista Filipinas, India, Indonesia, Estados Unidos, Brasil, Malasia, Vietnam, Italia y Reino Unido.
El estudio también identifica cuáles son los ríos más amenazados por los plásticos, un ranking en el que sobresale el río Pasig, en Filipinas, un curso fluvial que aporta el 6,43% de la polución generada por plásticos a las mares. Los 10 primeros ríos de este ranking están en Asia, en países como Filipinas, India y Malasia.
Esto tiene sentido. Asia alberga a la mayor parte de la población mundial y a muchos países en desarrollo con sistemas de gestión de residuos deficientes. En muchas partes de Asia, especialmente en el sudeste, también se producen fuertes precipitaciones, lo que es un factor que contribuye a ello. La proximidad a una ciudad también es importante, al igual que la distancia a la costa. De hecho, los tres ríos más emisores pasan por las principales ciudades costeras: Manila, Kuala Lumpur y Bombay.
Como resultado, Asia no sólo es la mayor fuente de contaminación por plásticos, con un asombroso 81% según los autores del estudio, sino que también tiene los mayores costes directos e indirectos de la contaminación por plásticos, entre 5.400 y 16.400 millones de dólares al año.
La contaminación por plástico puede triplicarse
La OCDE calcula que la contaminación mundial por plásticos podría casi triplicarse hasta alcanzar los 1.000 millones de toneladas métricas en 2060. Y aunque estiman que la proporción de plástico que escapa a los sistemas de gestión de residuos descenderá del 22% (2019) al 17% (2060), sigue siendo mucho plástico con el que lidiar.
No es de extrañar que la tendencia esté cambiando en contra de los plásticos de un solo uso y que muchos gobiernos ya hayan prohibido los más perjudiciales. Bangladesh fue el primer país en prohibir las bolsas de plástico en 2002, mientras que Estados Unidos prohibió las microperlas en los productos de cuidado personal en 2015, seguido otros países como Reino Unido, Canadá, Francia, Nueva Zelanda, Suecia y Taiwán.
Los filtros de plástico de un solo uso para cigarrillos, que suelen encabezar la limpieza internacional de costas, también están siendo objeto de escrutinio. La Directiva de la UE sobre plásticos de un solo uso no llegó a prohibir totalmente los filtros de plástico, pero los sometió a medidas de reducción. Alemania, por su parte, pronto exigirá a los fabricantes de plástico que paguen a un fondo central de limpieza. Se espera que recaude 450 millones de euros sólo durante el primer año y afectará a los fabricantes de envases de bebidas, envoltorios de alimentos y filtros de cigarrillos.