El monumento más emblemático de Madrid está en una rotonda. Se puede mirar de lejos, y fotografiarlo, pero no se puede pasar bajo sus arcos. Es cuanto menos, sorprendente.
Hablamos de la Puerta de Alcalá, un monumento neoclásico original de 1778 rodeado por siete carriles de tráfico. Y en un breve lapso de tiempo han coincidido dos propuestas que abogan por remodelar esta zona y convertirla en un área peatonal.
La primera viene de un prestigioso artista gráfico, el alemán Jan Kamenksy. Su obra se caracteriza por crear imágenes animadas de lugares emblemáticos que arrancan con un lugar contaminado y transitan hacia un futuro ecológico. Por primera vez ha hecho una de Madrid y el resultado ha tenido una gran acogida en redes sociales.
En el video se puede ver, o intuir, cómo era la Puerta de Alcalá antes de la aparición de los coches, cómo es en la actualidad y cómo podría ser en un futuro de peatonalizarse el entorno, e implantarse allí bancos, sombrillas, jardines y hasta mesas de ping-pong.
El Paseo de Alcalá
Más éxito ha tenido aún en redes la propuesta del urbanista Antonio Giraldo, que lleva el nombre de Paseo de Alcalá y apuesta por peatonalizar la calle de Alcalá, en el espacio situado entre Cibeles y la puerta que en su día inaugurase Carlos III.
Este nuevo proyecto uniría de forma peatonal, en poco más de 400 metros, cuatro grandes monumentos: la Puerta de Alcalá, el Palacio de Cibeles, Palacio de Linares y la fuente de La Cibeles. Todos ellos incluidos en lo que la UNESCO ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad: el Paisaje de la Luz
El urbanista recuerda en un hilo con cerca de 4.000 ‘likes’ que otras ciudades han acometido con anterioridad procesos similares, como Berlín y su famosa Puerta de Branderburgo o ya en España, lugares como el Arco del Triunfo de Barcelona o el Acueducto de Segovia. Por todos ellos han circulado coches no hace tanto y ahora son cien por cien peatonales.
Los beneficios de peatonalizar el entorno de la Puerta de Alcalá no serían solo medioambientales. Un estudio científico realizado en distintas ciudades españolas concluyó que las peatonalizaciones favorecen las ventas del pequeño comercio (principalmente el hostelero) tanto en el centro como en la periferia.
El autor del hilo pone también como ejemplo la ciudad de Bruselas, donde el año 2018 se clausuró al tráfico la avenida principal de la ciudad el Boulevard Anspach. “había mucho escepticismo, pero ahora funciona mucho mejor”, concluye.