¿Cuánto pagarías por comunicarte de manera realmente privada y segura? Claro que hay muchas plataformas que ofrecen gratis el servicio de mensajería y proporcionan el cifrado de extremo a extremo, pero como hemos comentado en varias oportunidades desde estas líneas, cuando el servicio es gratuito –en la mayoría de los casos– el costo de uso lo pagamos con la recopilación de nuestros datos personales.
La particularidad de Threema, una aplicación de mensajería instantánea de origen suizo, es que no necesita de ningún dato personal ni privado para funcionar, ya sea el número de teléfono, el correo electrónico o la libreta de direcciones. Ofrece chats de grupo, mensajes de voz, llamadas de voz o de vídeo como otras apps, pero no se financia con publicidad, no recopila discretamente información de los usuarios y tampoco comparte nada con otras empresas. Por eso, solicita un pago único de 5,99 euros.
Sus creadores la definen como el servicio de mensajería instantáneo seguro más vendido del mundo. Y de hecho se encuentra en el número 1 de los rankings de descargas. Cuenta con más de 11 millones de usuarios, tanto en Europa como fuera de ella, y aseguran que es la única aplicación de este tipo que cumple totalmente con el reglamento general de protección de datos (RGPD) de la UE.
Posee una versión para particulares y otra para empresas, llamada Threema Work, que tiene dos millones de usuarios, repartidos entre 7.500 empresas, organismos públicos e instituciones. Mercedes-Benz Group, SIX Group, TK Elevator, el Ejército y la Policía suizos, la ciudad de Fráncfort del Meno o la Universidad Erasmus de Rotterdam son algunas de las organizaciones que la utilizan como herramienta de mensajería interna.
Ambas versiones son de código abierto, tienen servidores propios alojados en Suiza y no están sujetas al Cloud Act estadounidense, que exige a los proveedores de servicios de EEUU que revelen todos los datos en su posesión, custodia o control, si son solicitados por las autoridades, incluso si están en terceros países.
Siguiendo con sus características de privacidad, Threema impide las capturas de pantalla, posee distintos puntos de color que señalan la fiabilidad que tiene cada usuario, posibilita la personalización de los ajustes de lectura y escritura por contacto y ofrece un teclado de incógnito para que no haya fugas a través de las teclas. “Gracias a la ‘Perfect Forward Secrecy’, no sería posible para un hipotético delincuente descifrar los mensajes anteriores de un usuario, incluso si consiguiera obtener su clave privada actual”, afirman los creadores.
Otra característica distintiva es que la información de los chats, contactos y grupos no se almacena en ningún servidor, sino directamente en los dispositivos de los usuarios. Las comunicaciones se encriptan de extremo a extremo, y la aplicación no dispone de las claves secretas de los usuarios y sus servidores ni puede acceder o descifrar los contenidos de los mensajes.
Sin embargo, la debilidad de Threema es que, para sostener su fortaleza, que es la privacidad, hay una barrera de pago que no todos los usuarios están dispuestos a cruzar. Esto deriva, entonces, en que el número de contactos que utilizan la plataforma es limitado.
Un poco de historia
Threema nació en el año 2012, de la mano de tres jóvenes suizos y desarrolladores de software que decidieron crear una aplicación de mensajería independiente con la que pudieran chatear con sus amigos sin exponerse a recopiladores de datos comerciales y a la vigilancia del gobierno.
Cuando Facebook adquirió WhatsApp en 2014, Threema experimentó un importante aumento usuarios, que en pocas semanas alcanzó los dos millones.
En el año 2021, WhatsApp volvió a estar en el centro de atención cuando modificó su política de privacidad. Como consecuencia, otro gran número de usuarios se mudó a Threema y la base de usuarios llegó a los diez millones.