Se habla mucho de las contraindicaciones que comporta un uso exagerado de los videojuegos: bajo rendimiento escolar, expresiones exageradas de ansiedad y euforia al superar una prueba o completar un videojuego, debilitamiento de las actividades sociales o físicas, así como pérdida de interés por actividades que no estén vinculadas a los videojuegos, por mencionar las más relevantes.
Coordenadas del experimento que mejora la reputación de los videojuegos
Sin embargo, resulta muy interesante preguntarse cuáles son las ventajas que abre el ejercicio continuado de jugar un videojuego. Con esta pregunta en mente, entre otras, los investigadores de la Universidad Estatal de Georgia, en Estados Unidos, trabajaron con un grupo de 50 jóvenes. Dentro de este universo humano, 28 de esas personas fueron categorizadas como jugadores habituales de videojuegos, hasta el punto de que empleaban en el desarrollo de esa práctica más de cinco horas semanales, mientras que 19 de los jóvenes no eran jugadores o, si lo eran, jugaban apenas una hora por semana.
Experimento al que fueron sometidos los 50 jóvenes partícipes en el estudio
La tarea consistía en observar dos conjuntos de puntos de diversos colores, que se movían en direcciones opuestas. Después de apreciar la trayectoria de los puntos durante dos segundos, los partícipes en el experimento tenían que responder de inmediato en qué dirección creían que se estaban desplazando un color específico de puntos. En concreto, disponían de tres segundos para responder, antes de que se repitiera la tarea que fue diseñada para ayudar a evaluar cuál era la velocidad de su cerebro para procesar la información sensorial y tomar una decisión.
Datos que constatan que los gamers habituales toman decisiones más eficientes
Los investigadores verificaron que los jugadores de videojuegos eran más precisos en sus respuestas y respondían con más celeridad, en comparación con los que no jugaban. No obstante, lo más interesante es que los datos de imágenes cerebrales señalaron que los jugadores también tenían diferentes respuestas cerebrales a la tarea. En concreto, el estudio corroboró que los videojuegos mejoran potencialmente varios de los subprocesos vinculados a la sensación, la percepción y el mapeo, que contribuyen notablemente a una toma de decisiones más afinada, con lo que se demuestra que el ejercicio continuado con videojuegos permite fortalecer las destrezas ligadas a la toma de decisiones.
Una evidencia respaldada por el análisis de otros 27 estudios
De acuerdo a la revista Neuroimagen Reports, una revisión sistemática de 27 estudios divulgados en 2021 constató que los videojuegos incrementan la toma de decisiones y también las habilidades cognitivas. No obstante, esa revisión también corroboró que un uso excesivo de los videojuegos puede generar contraindicaciones, de ahí que sea tan importante que a futuro los maestros y los profesores puedan guiar el aprendizaje cognitivo de los estudiantes, dosificando y proporcionando el tiempo que juegan. Además de supervisar que sean juegos que les permitan interiorizar valores y principios cívicos, que les habiliten en su faceta social y humana, además de la académica.
En resumen: las personas que juegan de manera habitual a los videojuegos demuestran destrezas más altas que el promedio de la población en la toma de decisiones sensoriomotoras, lo que se registra a través de la circunvolución lingual, el área motora suplementaria y el tálamo. Ese incremento en la toma de decisiones perceptuales abre posibilidades y aplicaciones que van más allá de la vertiente formativa de estudiantes, ya los videojuegos que también permitirán entrenar la eficiencia en la toma de decisiones y las intervenciones terapéuticas, por ejemplo en ámbitos tan complejos, delicados y esenciales como las operaciones quirúrgicas desarrolladas por cirujanos.