Ceñidos por la autoridad de la Sunna, los ciudadanos del territorio saudí se sumergen en el nuevo proyecto de diversificación de la economía del reino. El guarismo que traduce a valor la prolífica industria del petróleo de los saudíes tiene un futuro cada día más incógnito y su suerte se postra al papel que el Estado pueda interpretar en el juego de la IA que está por emerger a escala internacional. Arabia Saudí ha creado un fondo de 100.000 millones de dólares para invertir en IA y otras tecnologías, con la intención de hacer más versátil la procedencia de su riqueza y competir con las grandes industrias tecnológicas. En este punto es capital comprender la suficiencia que un Estado como el saudita pueda tener para encarar esta grave empresa.