La carrera por la casa blanca presume de un mundial interés mediático y sus vicisitudes rebasan los confines de la tierra de las oportunidades, tierra de los sueños, de la libertad… véase como se quiera; en definitiva, la tierra que separa Canadá y México. Las noticias sobre la trama galopan internacionalmente a lomos de los medios de comunicación que, además, aceleran la experiencia de la información. El mercado bursátil y el sector de las materias primas se mantienen expectantes ante la soberana decisión de los habitantes estadounidenses y asimismo lo están los conjuntos gubernamentales de todos los países del mundo. Los colectivos minoritarios, los sindicatos, las grandes corporaciones, etc. debaten su existencia, incluso su necesidad –necesidad en términos ontológicos–, en estos meses previos al veredicto. La carrera por las llaves de la casa blanca representa, desde lo cultural hasta lo económico –se puede decir también a la inversa–, todos y cada uno de los rasgos del fenómeno contemporáneo de la globalización. La pretensión es analizar cuáles son, hoy en día, esos rasgos.