"El intelectual moderno se enfrenta al gran fracaso de las ideologías totales y globales." Así identificaba el escritor Octavio Paz una suerte de crisis en la estructura social de valores, principios y toma de decisiones primarias, sin advertir, que no solo 'el intelectual' sino que también, el político y el trabajador sufrirían dicha crisis. Las ideologías que en el segundo tercio del siglo XX marcaban las rutas básicas de pensamiento común han ido transformándose adhiriendo y desprendiéndose de vagas ideas que no han hecho sino ajar el núcleo de las mismas, en lugar de enriquecerlos. La política comienza a aproximarse al problema afrontando sus –cada día más contingentes– problemas con el itinerario de aquellos idearios, mientras así 'intelectuales' como trabajadores confían sus decisiones a la más pragmática resolución hipotética.