KKR es una firma de inversión líder a nivel mundial que en 2022 que no ha tenido muchos motivos para estar contenta con España. Sus dos dolores de cabeza son Telepizza (el fondo quiere salir cuanto antes de Food Delivery Brands, la empresa propietaria del gigante pizzero, que se encuentra en una situación financiera complicada, y donde esperan negociar con los bonistas una capitalización de deuda de 200M€ o amenazan por vendérsela por 1€) y el deterioro en picado de Sector Alarm España.
El motivo en ambos casos es el mismo: la dotación de una fuerte estructura financiera a un negocio para su expansión y que luego fracase en su fase comercial. En el caso de Telepizza se comprometieron a abrir 1.300 restaurantes en 10 años en su zona de masterfranquicia de Pizza Hut en Latinoamérica (a excepción de Brasil), la región del Caribe, España, Portugal y Suiza, y, con el impacto de la pandemia y la guerra en Ucrania, se quedan muy lejos de su budget.
En el caso de Sector Alarm, a pesar de sus compras (30.000 clientes) y una estructura casi nacional (con más de 300 personas) están muy lejos de acercarse, como pretendían, al tercer puesto del ranking (en manos de ADT, con más de 125.000 clientes) ni en porfolio ni en ventas.
Obviamente, cuando te haces una idea de conjunto, con información interna y externa, te cuesta entender el papel de cada uno, pero según nos cuentan internamente, “ni Hans Arstad -representante de KKR en el Consejo- ni Staffan Andersson, director comercial, andan muy contentos con Diego”.
Han recuperado a Arthur Tourme como director nacional de ventas (anteriormente fue director de Estrategia con sede en Madrid) en la esperanza de volver a buenas cifras.
Hablando con comerciales de Sector Alarm, nos cuentan respecto a Diego Torrico y su gestión que es un buen Director de “General Services”, pero no el lider comercial que necesita una empresa que compite en calle con Securitas Direct y Movistar Prosegur.
Parece ser que le acusan de una excesiva “complacencia interna” con los ritmos comerciales, y excesiva preocupación por la imagen en medios sociales. Cada vez que les comentan los ratios comerciales de otras empresas lideres, su respuesta es “No somos Securitas Direct”, como si ser Securitas Direct fuese “alarmante”.