El sector de la seguridad privada en España adolece de vigilantes debido principalmente a la lentitud por parte de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) en la emisión de la Tarjeta de Identificación Profesional (TIP), un certificado indispensable para que estos profesionales puedan ejercer su trabajo.
Así lo aseguran empresas y sindicatos a Escudo Digital, que coinciden en señalar que las demoras con la entrega de las TIPs, que pueden alcanzar hasta ocho meses, están poniendo en riesgo la seguridad en centros y establecimientos, además de haber provocado la cancelación de eventos y conciertos por no poder garantizar la protección requerida.
"Wakeful, la contratista estrella de los ayuntamientos catalanes en seguridad privada, se ausentó hasta en tres ocasiones durante la fiesta mayor de Santa Perpetua, cuando tenían el encargo de prestar sus servicios en varios actos multitudinarios. Hay festivales de música que no se han podido celebrar porque, directamente, no podían garantizar la seguridad al no contar con el suficiente número de efectivos", indica Iván Blanco, secretario estatal de organización de la FTSP-USO.
Solo hay una máquina de expedición de las TIPs en toda España
La FNMT, entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Hacienda, es el único organismo encargado de la emisión de las TIPs, en su condición de prestador de servicios de certificación. El problema radica, según denuncian empresas y sindicatos, en que, por increíble que pueda parecer, solo hay una máquina en toda España para expedir las TIPs, lo que genera un cuello de botella en el que actualmente hay miles de personas que están pendientes de recibir su certificado para poder trabajar como vigilantes de seguridad.
De hecho, solo les falta la TIP para poder hacerlo ya que, para más inri, antes de iniciar los trámites de su solicitud, han recibido la formación necesaria para ejercer como vigilantes. En algunos casos han invertido dinero en esta formación. Y en otros han sido las empresas, generalmente las más grandes y solventes, las que se han ofrecido a darles el curso para que posteriormente se incorporen a su plantilla. Por tanto, muchos de los que están a la espera ya tienen un contrato asegurado.
"Hay empresas, como Prosegur, que tiene su propia formación, asumiendo el coste en sus academias para tener nuevos vigilantes. Pero salen de la formación sin ese documento, por el que tienen que esperar hasta ocho meses", afirman nuestras fuentes.
Todo ello supone, según indican, una situación kafkiana en la que las empresas cumplen con su obligación de preparar, formar y habilitar a un número suficiente de candidatos a vigilantes, quienes, una vez aprobadas y superadas las pruebas, tienen que irse a su casa a esperar durante meses a que les llegue la TIP.
"Faltan tantos vigilantes que hay que dejar de prestar servicios"
Mientras tanto, las empresas que no cuentan con estos efectivos se ven obligadas a multiplicar las horas extras de sus trabajadores, a denegarles vacaciones y/o a rechazar prestar servicios. Y, además, son multadas por la Inspección de Trabajo.
"Nos fuerzan a estar al borde de la Ley, porqué sino no se pueden prestar los servicios", afirma el secretario general de la FTSP-USO.
Y aquí no acaba la cosa. A ello se suma, según apuntan nuestras fuentes, que, pese a que se hallan otorgado unas 280.000 habilitaciones a vigilantes con la entrega de las TIPs, solo están en activo unas 144.000 a causa de unas bajas cercanas a las 6.000 al año, ya sea por jubilación, fallecimiento, cambio de profesión, etc.
Toda esta problemática viene de lejos, como ya habíamos abordado en estas páginas con una tribuna de opinión firmada por Juan Gómez, el presidente de la Asociación Nacional de Vigilantes de Seguridad Privada.
"Faltan tantos vigilantes que hay que dejar de prestar servicios", lamentan nuestras fuentes de este artículo, que instan a la FNMT y al Ministerio de Hacienda a acelerar el proceso de emisión de las TIPs. Un reclamo ampliamente demandado en el sector de la seguridad privada.