El pasado sábado, 18 de enero, tres vigilantes de seguridad del metro de Barcelona fueron brutalmente agredidos al intentar mediar en una pelea multitudinaria entre varios viajeros que estaba teniendo lugar en la estación de Poblenou. La agresión, que ha dejado a uno de los vigilantes con la pérdida total de visión en un ojo, ha desatado una ola de indignación en el sector de la seguridad privada.
La Asociación Nacional de Vigilantes de Seguridad Privada (Anvisepri) ha expresado su "más enérgica condena y repulsa" ante estos hechos, denunciando la situación de vulnerabilidad en la que trabaja el colectivo. En una nota pública, emitida el 24 de enero, la entidad también arremete contra la empresa pública Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y reclama medidas urgentes tanto a TMB como a las empresas adjudicatarias de su servicio, Securitas y Prosegur.
Desinterés por parte de TMB e "indefensión generalizada" entre los vigilantes
Según expone Anvisepri, el presidente de su asociación, Juan Gómez, contactó con el servicio de atención al cliente de TMB el pasado 20 de enero para intentar recabar información sobre el incidente ocurrido en la estación de Poblenou. Sin embargo, sostiene que la persona de TMB que lo atendió, "en primer lugar manifestó desconocer el mismo, y en segundo no quiso o no pudo, dar dato alguno sobre el mismo, mostrando un desinterés por un hecho de especial relevancia como el que tratamos, cortando la comunicación telefónica de forma cuando menos, descortés".
Tras relatar esta conversación, que duró unos cuatro minutos, la asociación comparte su incredulidad y disconformidad con "la indefensión generalizada en la que se encuentran las personas que trabajan como vigilantes de seguridad en nuestro Estado de derecho, y exige el correcto cumplimiento de la normativa vigente". En particular, del artículo 23 del Reglamento de Seguridad Privada, relativo a la adecuación de los servicios a los puestos, y de los artículos 35.1.a y 36.1.b y c de la Ley de Seguridad Privada, en los que se establecen las funciones y responsabilidades de los directores de seguridad.
Reclama medidas urgentes de protección
Anvisepri prosigue expresando su deseo en que la última reyerta en el metro de Barcelona y las "graves consecuencias que ha traído para los compañeros víctimas de esta deleznable agresión sirvan como lecciones aprendidas para prevenir repeticiones futuras, que aporte una reflexión profunda y constructiva que encamine a la consciencia que el escenario de prestación de servicios de Seguridad Privada ha cambiado mucho en los últimos años".
En esta línea, plantea la necesidad de ampliar la cobertura legal del artículo 31 de la Ley de Seguridad Privada para garantizar la protección de los vigilantes durante toda su jornada laboral, independientemente de si se encuentran o no bajo el mando directo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Además, reclama que se dote a los vigilantes de elementos y equipamiento de protección adecuados "al amparo de la normativa de Prevención de Riesgos Laborales y por supuesto, de la de Seguridad Privada", como chalecos de protección, espráis de defensa personal o sistemas de defensa no letales, entre otros.
"Estas estrategias tienen que ponerse en práctica mejor hoy, que mañana, y en todo tipo de servicio que encuadre en perfiles de riesgo claro y demostrable para cualquier persona trabajadora del Sector", advierte Anvisepri, que se reitera como parte interesada en la defensa del Colectivo Profesional de Vigilantes de Seguridad y asegura mantendrá su compromiso de emprender cualquier acción encaminada a tal propósito.
Se paraliza la huelga indefinida, tras una medida de TMB
El comunicado de Anvisepri llega dos días después de que el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, anunciara que Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ha decidido adoptar una de las medidas ampliamente demandadas por los vigilantes: poder utilizar espráis de defensa personal para hacer frente a cualquier tipo de agresión.
La medida, que comenzará a aplicarse el próximo viernes, 31 de enero, limitará el uso de este espray a los "casos de mayor riesgo y los que puedan poner en riesgo la integridad de los vigilantes", según matizó Batlle.
Esta decisión ha sido tomada en medio de una amenaza de huelga indefinida por parte de los vigilantes del metro de Barcelona empleados por Securitas, empresa para la que trabajan los tres vigilantes que sufrieron la brutal agresión el pasado 21 de enero.
La huelga iba a comenzar este domingo, 26 de enero, pero finalmente ha quedado finalmente paralizada, según ha informado este mismo viernes El País de la mano de David Alujas, miembro de CC.OO. en el comité de empresa de Securitas.
"Hemos paralizado la convocatoria de huelga del 26 de enero porque las empresas que tienen contratada la seguridad del metro quieren negociar no solo el salario sino también las herramientas que utilizamos y el número de personal que nos encargamos de la vigilancia". "El hecho de que nos equipen con gas de defensa llega tarde, pero está siendo muy bien recibido por los compañeros", ha afirmado Alujas, quien también ha advertido que los trabajadores necesitan más formación para garantizar mejor la seguridad dentro del suburbano.